Me permito compartir los recuerdos de una muy agradable mañana que disfrutamos el día 20 de Noviembre de 2.015 algunos intrépidos amantes de la fotografía.
Como anticipo, he de decir que mereció la pena el madrugón. Noche clara al salir de Granada, fresca como no podía ser de otra forma, y nadie en la carretera (todos dormidos aún).
La previsión de establecer los trípodes en el cabo Sacratif se vió frustrada por los obstáculos encontrados. Como ya clareaba el alba, decidimos bajar a la playa y nos metimos entre invernaderos hacia la Chucha. Al llegar, esto es lo que encontramos:
La mar en calma, nada de viento, y una temperatura digna de amanecer tropical. ¡Fuera chaquetones (menos alguno cuyo termostato no está aún a punto)!. Hacia el Oeste teníamos esta vista del Cabo Sacratif:
Y hacia el Este, el sol empezaba a salir:
Después de reponer fuerzas (la vida del fotógrafo es agotadora) con un buen café y su media tostada (nos fallaron los churros que nos recomendó Bernardo, el concejal de Motril) nos lanzamos a la "playa":
Lo de playa lo entrecomillo por la ausencia de arena (material con tamaño máximo 5 mm.). Y empezamos a disfrutar con los detalles que veíamos a través de los visores y pantallas:
La experiencia me dice que al remo no hay que arrimarse aunque sea de oro, pero hay entusiastas como el que vimos que aprovechó el magnífico día para salir.
Y, andando por la orilla del mar, llegamos al rincón de la playa de Calahonda:
El rincón del fondeadero era un remanso de paz y tranquilidad, ni un alma en los alrededores.
Barcos fondeados y barcos varados:
Todas las facilidades para disfrutar de las vistas.
De ahí nos subimos al acantilado para gozar de las vistas desde el mirador de Calahonda, tanto hacia el Este con esta típica vista de la costa mediterránea como hacia el Oeste, con vista panorámica de la playa de Calahonda:
Desde ahí, y después de una aventura casi perdidos por caminos entre invernaderos a media ladera, encontramos el Mirador de Carchuna, desde donde se divisa una vista panorámica espectacular (montaje con 8 fotografías):
Nos sentíamos dentro de la serie de televisión "Mar de plásticos":
Después de tanto esfuerzo, aún nos quedaba el regreso a Granada para disfrutar del aperitivo y los comentarios de la jornada. Como casi siempre, lo hicimos en el Mamut, donde la cerveza está perfectamente tirada aunque algunos también la tiren por desconocimiento de los fenómenos fisico-químicos que ocurren cuando se mezclan cervezas a distinta temperatura:
¿Y la tapa?. La callada por respuesta:
En resumen: una jornada extraordinaria que habría que repetir cuando cesen los rigores invernales y gocemos todos de buena salud. ¿Quién se apunta?.
Antonio Odriozola
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